Inicio » Cómo reparar una puerta corredera atascada

Cómo reparar una puerta corredera atascada

Las puertas correderas son una excelente opción para ahorrar espacio en el hogar, pero con el tiempo pueden atascarse y volverse difíciles de abrir o cerrar. Si tu puerta corredera se ha atascado, no te preocupes; con unos pocos pasos sencillos y herramientas básicas, puedes arreglarla tú mismo. Esta guía te mostrará cómo reparar una puerta corredera atascada, ideal para principiantes en el mundo del bricolaje.

Herramientas Necesarias

Antes de empezar, asegúrate de tener las siguientes herramientas y materiales a mano:

  • Destornillador
  • Llave ajustable
  • Cepillo pequeño o aspiradora
  • Lubricante en aerosol (preferiblemente a base de silicona)
  • Trapo o paño limpio
  • Regla o nivel

Paso 1: Limpieza de los Carriles

Uno de los problemas más comunes que causan el atasco de las puertas correderas es la acumulación de suciedad, polvo o pequeños objetos en los carriles.

  • Retira la puerta si es posible. La mayoría de las puertas correderas se pueden levantar para separarlas de los carriles. Si no puedes retirar la puerta, pasa al siguiente paso.
  • Limpia los carriles utilizando un cepillo pequeño o una aspiradora para eliminar el polvo, suciedad y cualquier objeto pequeño que pueda estar obstruyendo el paso.
  • Limpia los carriles con un trapo húmedo para eliminar cualquier residuo que haya quedado.

Paso 2: Revisa y Ajusta los Rodillos

Los rodillos son los responsables de que la puerta se desplace suavemente por los carriles. Si los rodillos están dañados o desalineados, la puerta puede atascarse.

  • Inspecciona los rodillos en la parte inferior de la puerta. Asegúrate de que no estén desgastados o rotos.
  • Si los rodillos están en buen estado pero la puerta sigue atascada, ajusta la altura de los rodillos. La mayoría de las puertas correderas tienen un tornillo de ajuste cerca de los rodillos. Usa un destornillador para girar el tornillo y subir o bajar la puerta hasta que se deslice suavemente.

Paso 3: Lubrica los Carriles y Rodillos

Para un deslizamiento suave, es fundamental lubricar los carriles y los rodillos.

  • Aplica un lubricante en aerosol a base de silicona en los carriles y rodillos. Evita los lubricantes a base de aceite, ya que pueden atraer más suciedad y empeorar el problema a largo plazo.
  • Mueve la puerta hacia adelante y hacia atrás varias veces para distribuir uniformemente el lubricante.

Paso 4: Verifica la Alineación de la Puerta

Una puerta corredera desalineada puede hacer que se atasque o no cierre correctamente.

  • Utiliza una regla o nivel para comprobar que la puerta está alineada horizontalmente. Si está inclinada, ajusta los rodillos nuevamente hasta que la puerta quede nivelada.
  • Verifica también que la puerta esté alineada verticalmente con el marco. Una puerta desalineada puede necesitar más ajustes en los rodillos o incluso una revisión del marco.

Paso 5: Reemplaza Componentes si es Necesario

Si después de limpiar, ajustar y lubricar la puerta sigue atascada, puede ser necesario reemplazar los rodillos o revisar los carriles para ver si están doblados o dañados. En este caso, adquiere los componentes de repuesto correctos y sigue las instrucciones del fabricante para instalarlos.